Crítica Ahora que vuelvo, Ton. Carlos Cid


De la lectura al espectáculo

Que bueno fue equivocarme. El pasado Sábado 09 de Noviembre llegué al teatro se pudiera decir que por compromiso. No era la primera vez que escuchaba sobre la Obra “Ahora que vuelvo Ton”, ya me había tocado leerla en la escuela, sin embargo, no sentía dentro de mí el llamado a degustar lo que yo pensaba que sería una simple lectura dramatizada que era como la habían vendido.
Que grata sorpresa, la clave: Lincoln Lopez. La obra inició puntual a las 8 de la noche en el Teatro Ivan Garcia, a mi alrededor una audiencia a casa llena me recordaba algo que yo ignoraba, mi expectativa se tornaba positiva. El escenario simple pero elemental se revelaba frente a nosotros bajo una luz tenue y cálida, una mesa de madera, una silla, una caja de limpiabotas y un banquillo donde se situaba el que daría el prólogo a la obra con su guitarra.
La música en vivo nos transporta a ese sentimiento nostálgico que caracteriza la obra de René del Risco Bermudez: “Ahora que vuelvo, Ton”. Este cuento lo conocí estando aún en el colegio cuando empezaba el bachiller y no entendía nada de la vida, tanto así que lo olvide y mas nunca lo volví a leer. Ahora, sentado en esa audiencia y con más de 30 años de vida, agradezco tanto la espera y sobre todo que haya llegado de esta manera de la mano de un gran profesional del Teatro.
Lincoln, con más de 94 obras montadas tomó el escenario para sí mismo. Además de ser el director y el actor de la obra, Era un mago, a tal grado que lo que al principio era un soporte para la lectura, lo transformó en otro elemento de utilería. Lo que había iniciado como una lectura dramatizada ahora era una obra completa. Magistralmente, Lincoln López, hizo suya esa historia poniéndonos imágenes en la cabeza que resonaban como si nos describieran memorias de otra vida propia.
Para mí, aquí radica el poder del teatro, como con la presencia, la voz y la interpretación puede una persona elevar a otra, estimular su imaginación y hacerlo vivir desde una silla en una audiencia experiencias que transforman vidas. Ahora no me queda duda, las grandes obras nunca llegan tarde, y... ahora que vuelvo René, que bueno fue reencontrarte. Con más certeza que antes, ahora puede decir, así si es bueno equivocarse. 



Escrito por: Carlos Cid

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