Crítica Nuestra Señora de las Nubes. Delmy Felipe


La nostalgia e Ironía de dos desterrados, en Nuestra Señora de las Nubes
Por: Delmy Felipe


El sábado 2 de noviembre, Puerto Plata se vistió de gala pues en el Teatro Ivan García se presentó Nuestra Señora de las Nubes, escrita por el argentino Arístides Vargas y bajo la dirección de Claudio Rivera. (Teatro Guloya)
Nuestra Señora de las Nubes es una pieza teatral dramática desde su autor pero con el toque irónico y burlesco de los Guloya, que habla sobre Bruna y Oscar dos exiliados que van de un lugar a otro, con su equipaje al hombro y los recuerdos de su tierra natal, contrastándose a veces con sentimientos de nostalgia e ironía.
 A los 21 años Arístides Vargas siendo  víctima de la crisis económica y la represión de Argentina, se vio forzado a dejar su país, cuando apenas era un estudiante de teatro. Esta obra escrita en el 2000, es la segunda parte de una “trilogía del exilio” empezando con Flores arrancadas a la niebla y completándose con “Donde el viento hace buñuelos.”,  denominándolas el autor como “Ejercicios del exilio”.  Nuestra Señora de las nubes hace referencia Nuestra Señora del Buen Ayre, nombre que recibió por Pedro de Mendoza en su primera fundación en 1536, que actualmente es la Ciudad de Buenos Aires, capital de Argentina.  Sin embargo el exilio, la migración, el destierro e incluso la deportación es un tema actual y mundial, por lo que está obra puede ser interpretada en cualquier parte del mundo.
Desde el 2008, los Guloya de Santo Domingo vienen presentando esta obra,  bajo la Dirección de Claudio Rivera, quien logra una sincronía entre los protagonistas en sus 13 escenas y la música en vivo que sirve como relleno en la transición de cada una, Vic Contreras representa a un músico callejero y bohemio quien después de cada pieza música se dirige al público para solicitar una ayuda económica para comer y seguir tocando.
Son 14 personajes, representados por dos actores profesionales con décadas de trayectoria en la historia del teatro Dominicano actual, Claudio Rivera y Viena González.
Claudio con personajes tanto masculinos como femeninos, demuestra una gran capacidad memorística y de caracterización. Mientras que Viena se queda con papeles femeninos y encontrando retos en Meme el niño con capacidades especiales que acompaña a su abuela Josefa.
Viena quien a pesar de una fuerte gripe demostró su profesionalismo sobre las tablas, dando al público lo mejor de ella en cada uno de sus personajes.
¡Qué ironía! Extrañar un lugar tan perverso y  creer que es el mejor país del mundo.
El exilio comienza cuando comenzamos a matar las cosas que amamos.
El hambre es la forma más sutil de persecución política.
Que un hombre que hace política debe tener un pasado limpio, sin manchas, si es posible.

Son frases que resuena en el público con ironía y risas, pues la obra toca temas actuales que  vibran en la sociedad dominicana, principalmente por aproximarse la temporada de campaña electoral,  además de los anteriores líos entre políticos que han formado parte del teatro de la vida y espectáculos mediáticos.
Regresando a las maletas que por una lado con coloridas ventanas y en el otro nubes, simbolizan el pasado que cada desterrado lleva consigo, lleno de nostalgias, remembranzas y personajes de la infancia, además claro de cargar las confusiones y contradicciones de un lugar amado y pero que también ha sido perverso con ellos. 




Escrito por: Delmy Felipe


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