CULTURA VIVA
Eduardo Brito: el Cantante Nacional
de la República Dominicana
Por
Lincoln López
En la madrugada lluviosa del 5 de
enero de 1946 en el Manicomio de Nigua, murió a causa de una afección cerebral,
Eduardo Brito; era el nombre artístico de Eleuterio Brito Aragonés, el mejor
cantante barítono de ópera, zarzuela y de música popular de todos los tiempos.
Designado como el cantante nacional de la República Dominicana.
Poseedor de talento artístico y con
una excepcional voz, cargada de coloraciones, fueron sus credenciales para
triunfar tanto nacional como internacionalmente. Desde su debut en España en
1932, recibió ovaciones en prestigiosos escenarios de la zarzuela española:
Madrid, Barcelona, Valencia…De extraordinaria fue catalogada sus
interpretaciones de ¨La Virgen Morena¨
y Los Gavilanes¨.
Saltó a la fama internacional gracias
al compositor cubano Eliseo Grenet, director de una compañía de zarzuelas,
quien quedó impresionado por el cantante dominicano y le contrató como parte
del elenco durante una gira por Europa. Por poco más de 10 años, Eduardo Brito
triunfó en los teatros de mayor prestigio de Europa, Nueva York y el Caribe
Hispano.
Eduardo Brito nació el 21 de enero de 1905, en
la Sección Nava, Municipio de Luperón, Provincia de Puerto Plata. Hijo de una
familia muy pobre, razón por la cual no pudo cursar estudios primarios y,
obligado por esas circunstancias tuvo que realizar diversos oficios y a
trasladarse posteriormente a Santiago de los Caballeros.
Santiago fue vital para su futuray
exitosa vida artística. Aquí se ganaba
la vida como limpiabotas en el Parque Duarte, y cantaba en el Café Yaque. Resultó
muy importante su relación de amistad con el maestro y compositor don Julio
Alberto Hernández, quien lo ayudó en sus estudios musicales. Además, pudo
participar en un concurso de canto, obteniendo el primer lugar con la canción
¨Amar, eso es todo¨. Aquí conoció al trovador santiaguero Piro Valerio, de
quien grabó en 1929 en los estudios de la RCA Víctor de Nueva York, el
bolero-son La Mulatona, que tuvo mucho éxito.
Previamente, en 1927, tuvo la
oportunidad de presentarse en la capital
de la República, en donde ofreció un programa de canciones y trozos de
operetas. La crónica del Listín Diario, dice: “Ignorábamos que existiese en
Santo Domingo un cantante de sus condiciones…Ha sido una
verdadera revelación”. En 1928, sus conciertos con el Cuarteto de Rigoleto de
Verdi dirigido por don Luis Rivera, fueron muy aplaudidos.
Agravada su enfermedad en 1944,
regresa al país, y a Santiago de los Caballeros. Aquí locutores de la radio
entrevistaron a esa estrella del canto. En la emisora HI5B ofreció
declaraciones consideradas ofensivas por la dictadura de Trujillo, razones por
las cuales el artista ¨cayó en desgracia¨ y le dificultaron los últimos tiempos
de vida del artista.
Finalmente, una anécdota escrita por
el Dr. Apolinar De Los Santos, uno de los psiquiatras que le conocieron, cuenta
cómo los pacientes se reunían para escucharlo cuando en sus delirios comenzaba
a cantar durante horas, y casi siempre incluía el Ave María de Schubert.
Cultura viva, rinde homenaje al más grande cantante dominicano: Eduardo Brito.
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