Lecciones de Don Quijote

 Varias son las características dadas por especialistas literarios y filosóficos sobre la trascendencia de la novela ¨El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha¨. Las sintetizo en: universal, basada en valores y con un lenguaje coloquial utilizado por los personajes, entre refranes y expresiones populares de la época, siendo ellas en sí mismas didácticas y sentenciosas, o sea, lecciones de vida.

La primera edición de esa famosa novela es de 1605 de la Real Academia de la Lengua, se plantea como una sátira literaria de los libros de caballería. Fue escrita por el más célebre escritor español de todos los tiempos Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), y la misma “terminada a fines de año anterior por más que llevara el pie de imprenta de ese mismo 1605”.

Don Miguel presenta en su obra dos elementos contrapuestos pero ¨al mismo tiempo inseparable de la condición del ser humano: Idealismo y Realismo¨. El primero, representado por Don Quijote (arcaico, hidalgo, heroico, loco…). El segundo, por Sancho (materialista, labrador, analfabeto, astuto, con afán de gloria y poder…).

A lo largo de los 126 capítulos de la novela, dividida en dos partes, el lector encuentra situaciones y mensajes en cada uno de ellos. Por ejemplo, cuando don Quijote le dice a Sancho Panza: “La libertad, Sancho,

es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos;

con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar

encubre…” (Segunda parte. C. LVIII).

Otro consejo de Don Quijote a Sancho sobre los hábitos alimenticios

y sobre las normas al beber, cuando le dice: “Come poco y cena menos,

que la de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago”. ¨Sé

templado en el beber, considerando que el vino demasiado ni guarda

secreto ni cumple palabra¨. (Segunda parte. C. XLIII).

Finalmente, el capítulo XLVIII de la segunda parte, es una crítica

hecha a actores incapacitados y sin talento para representar tragedias

clásicas y algunos teatristas culpan al pueblo de ¨inculto¨ para justificar el

montaje de obras ¨fáciles¨, con el único propósito de obtener fama y

fortuna. En este sentido el Ingenioso Hidalgo lo expresó así:

“Decidme, ¿no os acordáis que ha pocos años que se representaron

en España tres tragedias que compuso un famoso poeta de estos reinos,

las cuales fueron tales que admiraron, alegraron y suspendieron a todos

cuantos las oyeron, así simples como prudentes, así del vulgo como de los

escogidos, y dieron más dinero a los representantes ellas tres solas que

treinta de las mejores que después acá se ha hecho?...Así que no está la

falta en el vulgo, que pide disparates, sino en aquellos que no saben

representar otra cosa”.

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